El reciente anuncio del retiro del número 34 en todos los equipos de la Liga Mexicana de Béisbol el próximo 6 de julio como homenaje al Toro de Etchohuaquila, Sonora: Fernando Valenzuela; provocó una cascada de reacciones a favor y en contra, ambas respetables. El principal punto en contra es que la carrera del zurdo no destacó en el beisbol de verano, su paso fue un auténtico suspiro. El punto a favor: TODOS. O al menos, sin apasionamiento, compartiré el por qué estoy a favor de dicho reconocimiento y es más, pienso que se tardaron varios años en hacerlo.
El paso fugaz de Fernando Valenzuela en la Liga Mexicana de Beisbol auguraba la estrella que se consolidaría cruzando fronteras. Fueron solo tres años en los diamantes mexicanos que le bastaron para ser novato del año con los Leones de Yucatán en 1979.
Es cierto, la carrera de Fernando Valenzuela despuntó en Estados Unidos, cuando apareció en el centro del diamante del Dodger Stadium un pítcher que salía por completo de la imagen de jugador de Grandes Ligas, pero que poco a poco conquistó los corazones de miles de aficionados y el respeto de compañeros, rivales y medios de comunicación con su poder para detener el tiempo cada vez que dirigía su mirada al cielo entre cada lanzamiento.
Si, antes de Valenzuela existieron Baldomero “Melo” Almada y el gran Beto Avila en Las Mayores, pero algo es innegable: hay un antes y un después de Fernando en el beisbol mexicano, su nombre puso a México en el mapa a nivel mundial, la fernandomania movió y marcó a toda una generación, su impacto fue tal que, a pesar de los años, su legado sigue siendo referente de viejas, actuales y futuras generaciones.
Su nombre en Cooperstown siempre será asignatura pendiente más allá de los números, eso no limita a la realidad de que Fernando Valenzuela es profeta en su tierra.
Llámenlo mercadotecnia, yo le llamaré magia. Llámenme romántica, yo le llamaré justicia y merecimiento. El número 34 unificará a la afición del beisbol y recordando las palabras del gran Pedro “Mago” Septien: “¡Bien por ti Fernando!, eres en el beisbol mezquita, basílica y cactus”.
Karo GC.