Amigos beisbolizados, este tema no es así como que muy común, aunque… cualquiera que esté familiarizado con la realidad -muchas veces lascerante- del pelotero mexicano, podrán darse cuenta de que es el eslabón más débil de una cadena donde están entidades mucho más poderosas: corporativos, asociaciones, gobiernos de los tres niveles.
Todo, menos una verdadera protección al verdadero protagonista del rey de los deportes: el que se bate a duelo en el diamante de las acciones, el jugador, el que un día puede tener un uniforme y otro día, uno distinto, quizá el de la divisa que estaba en el dugout de enfrente en el juego de anoche. Es más, en Grandes Ligas, ha llegado a haber cambios entre equipos EN JUEGO.
Bueno, justo esta semana cuando escribíamos para Excélsior que no todos los ligaminoristas no tienen casa como tal (hospedaje), pero sí tuvieron un aumento “institucional” de sueldo, viene al caso esto también, pues MLB ordenó variados aspectos de lo que era el sistema de sucursales (MiLB), en el cual ya no se considera a la Liga Mexicana de Beisbol como un integrante.
Si bien nunca le hicieron mucho caso a la LMB en las oficinas de MiLB en Florida, había ciertos aspectos que se cuidaban, no ‘pelaban’ ninguna estadística histórica de nuestra pelota mexicana veraniega, pero sí había algunas llamadas de atención y también una mayoritaria adaptación conjunta de las reglas aplicables.
En este presente en el cual el “limbo organizacional” en el que se encuentra la LMB, aunque Horacio De La Vega dijo desde hace mucho que venía un súper anuncio, tuvimos que jugar algo como de tres bandas, pues desde el odiado futbol nos dimos cuenta que la misma Liga Mexicana de Beisbol sigue cojeando de una pata de siempre, aunque sea un “sexenio del beisbol” (aha, claro) y se haya tenido una pomposa expansión la cual tooodos sabemos que puede servir para buena la cosa.
Resulta, para no irnos al deporte de las patadas, que allá en la Liga Mx se dieron cuenta (yéndonos muy breve) de que eso de la fianza puede ser balín, chocolate, más largo que una procesión para eso de la cobranza y… practicidad mata carita.
Evidentemente es gravoso que un mecanismo de protección donde una Liga de nivel profesional y representativa de un país tenga esas dificultades, mismas que ciertamente deberán corregir.
Nos dimos a la tarea de averiguar con la Liga Mexicana de Beisbol misma y… resulta que ya no tienen las fianzas de antes, nos comentan que “lo cambiaron a un Fondo de Liga” el cual varía en las aportaciones entre uno y 1.5 millones de pesos por equipo, obvio, se intuye el criterio para que haya esa variación entre equipos “ricos y pobres”. La razón de la existencia de esos dineros es la protección del sueldo de los jugadores, empleados, proveedores, hasta ahí, el objetivo bien.
Amén de lo estipulado en el Título Sexto de la Ley de Fondos de Inversión, sin entrar a detalle, para no hacer talmúdico este tema, aquí viene la parte medular… Si tomaron la decisión de crear ese Fondo mencionado, no se entiende: ¿para qué lo ponen ese capital en un Fondo (plazo) de inversión si se sabe que no hay una disponibilidad inmediata de recursos? ¿No existe un riesgo para los capitales en esos Fondos?
Este tema, nos confirman, no está en el Estatuto (supuestamente en mejora) de la Liga, sino “en un Acta protocolizada ante Notario”, claro, los fedatarios públicos eso hacen, “dan fe” del acto que se va a firmar en sus instalaciones o donde se les requiera, mediante un nada barato servicio en este último caso.
¿Quiénes deciden cómo disponer de ese capital en dado caso? No queda del todo claro si es una mayoría de la mitad más uno (serían 10 equipos), pues unanimidad no podría haber si un equipo es el incumplido en sus obligaciones pecuniarias.
Ahora que la LMB está volviendo a “ver bonito” al dinero público, le vendría bien un poco de transparencia en este y muchos temas, es por el bien de su imagen… pública.
PD. Más adelante escribiremos del tema “Sindicato” en la LMB.
Gracias por sus comentarios y por compartir. Twitter: @Alejou