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¿El principio o el fin? / Por Karo GC.

El béisbol es un deporte en el que las 108 costuras envuelven tradición e historia. Por ello es muy común y hasta cierto punto inevitable que el aficionado al rey de los deportes al momento de hablar del equipo de su corazón evoque la imagen de un jugador y es que, sí, la historia de un equipo y sus hazañas te enamora, pero no existirían sin el talento, pasión, entrega y compromiso de los hombres que se ponen un uniforme y entregan todo en el diamante.


Muchos son los nombres de jugadores que pasan por el roster de un equipo, incluso durante una misma temporada; el nivel de competencia exige que las decisiones sean tomadas en búsqueda de conformar un equipo competitivo y ser campeones. Ante tal exigencia, los cambios llegan a ser lo más común en un equipo. Ante esto, son muy pocos los peloteros que logran tener una carrera larga vistiendo una misma franela, logrando generar una empatía con la afición al grado de convertirse en ídolos y referentes de dicha organización.


En las historias de nuestros abuelos, la existencia de héroes sin capa, pero sí spikes, al hablar sobre algún equipo son bastante comunes. Sus hazañas, dramatismo y hasta peleas se convirtieron en auténticas leyendas compartidas de generación en generación.

La realidad es que el béisbol está cambiando, ya sea por tecnología, por reloj de 20 segundos, por robots siendo ampayers y más “grandes” ideas que se le ocurran a Manfred el futuro nos ha alcanzado y lo seguirá haciendo; pero esa es otra historia, hoy mis letras van enfocadas a los campos de la Liga Mexicana de Beisbol.


Como parte de mi trabajo asistí a una práctica de los Pericos de Puebla, durante el entrenamiento fue inevitable no ver a Carlos Alberto “Chispa” Gastelum. Hace algunas semanas su salida de los Tigres de Quintana Roo tomó por sorpresa a los aficionados felinos, no tanto así a quienes nos dedicamos a esta profesión y cubrimos a diversos equipos de la Liga Mexicana de Beisbol. La salida del sonorense del “equipo que nació campeón” fue, sin duda, una crónica de una adiós anunciado. Con una carta difundida en redes sociales la directiva bengalí le deseó suerte y en minutos se anunció su retorno al equipo con el que debutó: los Pericos de Puebla. Al ver a Gastelum con los colores de la novena emplumada confieso que la aficionada que hay en mí no pudo evitar sentir nostalgia y hasta algún grado de sentimientos encontrados. Con Tigres era, para muchos, el último gran ídolo, el referente, el capitán.


No es la primera vez, ni será la última, que un jugador emblema de un equipo diga adiós, pero muchas veces se espera o desea que el adiós se dé vistiendo los colores del equipo con el que hizo historia. Hoy se están viviendo muchos cambios en una liga que cada vez es más competitiva, ya sea por aspectos tecnológicos, mercantiles o económicos y mi pregunta va dirigida al tema de los jugadores emblema, ¿qué tanto influyen estos cambios y competitividad en ellos?, es decir, la exigencia de conformar un equipo ganador y la realidad de que el béisbol es, como todo deporte organizado, un negocio qué tanto permite que un jugador pueda tener una carrera larga en un mismo equipo. Es cierto, depende mucho del talento del pelotero, pero, en casos como en el de Gastelum, sin duda va más allá de sus facultades deportivas y la gran identificación y reconocimiento de la afición.


Aclaro: no se juzga o señala a héroes o villanos, sino a la realidad en sí, en el que la existencia de peloteros emblema es cada vez más escasa, ojo: no el talento. Me refiero a que ya es muy poco común hablar de jugadores que lleven, por ejemplo, una década en un mismo equipo, son contados.


¿Es el inicio o fin de una época de referentes en los equipos del béisbol mexicano?. Tal vez estamos viendo el inicio de consolidación de nuevos talentos, eso el tiempo lo dirá. Mientras, la realidad es que muchos de los jugadores que creíamos que colgarían los spikes, guardarían su bat y su guante en un equipo son dejados en libertad sin mayor explicación y sin algún reconocimiento especial a su trayectoria y años en un club.


Tal vez el romanticismo me gana y olvido un poco que negocios son negocios, pero me sirvió para evocar un poco las historias de mi abuelo, de mi padre y recordar a leyendas que se convirtieron en inmortales dentro de una organización por sus hazañas y entrega por varios años a un mismo equipo. Hoy existen jugadores mexicanos con gran talento y nada me daría más gusto que ver a varios de ellos siendo reconocidos como inmortales y emblema de un equipo en algunos años, ojalá.


Ustedes, ¿a qué jugadores que marcaron época con el equipo de su corazón recuerdan?.


Karo GC.

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