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Un récord que nadie quisiera...

Un día como hoy pero de 1986, el mundo no solo vio a un jugador cometer cuatro errores en una entrada sino vengarse después.



El juego Braves ante Giants del 14 de septiembre de 1986 atrajo solo a 8.594 fanáticos. Quizás muchos aficionados a los deportes del Área de la Bahía estaban viendo el juego de la NF entre 49ers y Rams. Aquellos que prefirieron el beisbol no solo vieron a un jugador cometer cuatro errores en una entrada, sino vengarse después y conseguir anotar cuatro carreras él mismo, con todo y un HR.


Los Giants recibían a Atlanta y francamente ninguno de los dos equipos estaba destinado a la Postemporada.


Mike LaCoss subió al montículo por los Giants. Permitió un sencillo a Ken Oberkfell, quien robó la segunda pero se quedó allí cuando Bob Horner falló. Los resultados de Charlie Puleo en la parte baja de la primera entrada fueron aproximadamente los mismos. Caminó a Will Clark, quien avanzó a segunda con un roletazo de Mike Aldrete, pero se quedó cuando Candy Maldonado hizo un elevado.


Ambos lanzadores trabajaron 1-2-3 segundos innings.


LaCoss permitió un sencillo a Glenn Hubbard para abrir el tercero, seguido de dos ponches. Otro sencillo de Oberkfell puso a dos corredores, pero Dale Murphy falló en su turno al bat. Clark conectó un sencillo en la parte inferior de la entrada, pero eso fue todo para los Giants.


Las carreras y el caos se produjeron en el cuarto. Bob Brenly jugaba en la tercera base de los Giants. Esta no era su posición habitual, aunque tuvo 51 apariciones previas allí en su carrera. Además de su posición de receptor, había jugado en la primera base y ocasionalmente en los jardines. Sería el primero en admitir que no era bueno en la tercera base y sus números de error lo apoyaban: de sus 16 errores en 1986, 10 se cometieron en la tercera base a pesar de solo tener 45 apariciones allí. Brenly se enteró 10 minutos antes del juego que el antesalista habitual de los Giants, Chris Brown, "se había enfermado" y no podría jugar. Le pidió prestado un guante de jardinero a Brad Wellman, un jugador utility de cuadro (Y curioso caso, nunca se lo devolvió).


La primera bola de Brenly fue una rola a tercera que rebotó en su guante, error. Un sencillo de Ken Griffey Sr. y el sacrificio de Rafael Ramírez pusieron a los corredores en segunda y tercera. Ozzie Virgil recibió base por bolas intencionalmente para llenar las bases. Hubbard conectó rodado a tercera. Primero, Brenly no pudo acorralar la pelota; luego, cuando lo hizo, su tiro al receptor fue malo, permitiendo dos carreras para anotar, dos errores más. Puleo conectó un sencillo para impulsar dos carreras más. LaCoss consiguió un fly de Omar Moreno para el segundo out de la entrada. Sin embargo, el tercer out resultó difícil de alcanzar: Oberkfell conectó un sencillo y Murphy cometió el cuarto error en la entrada para volver a cargar las bases. (Esta vez, en realidad pateó la pelota). Los Giants escaparon de más daño cuando Horner, bateando por segunda vez en la entrada, conectó un elevado. Brenly dijo que después del cuarto error. “En ese punto, si hubiera podido, me habría arrastrado por debajo de la tercera base”. Atlanta lideraba 4-0 en cuatro carreras sucias. Brenly había empatado el récord de errores en una entrada.


Brenly regresó al dugout y les dijo a sus compañeros de equipo: "Les debo cuatro". Después, bajó al túnel, listo para usar un bate y desahogar sus frustraciones. Pero en su lugar respiró hondo.


Después de una parte baja sin incidentes y la parte superior de la quinta, Brenly fue al plato. Los abucheos de la multitud se convirtieron en vítores cuando conectó un HR para poner a los Giants en la pizarra. Bob Melvin siguió con otro cuadrangular, cortando la ventaja de Atlanta a la mitad. Después de que Puleo cediera un sencillo a LaCoss y un doble a Clark, Jeff Dedmon llegó a bases pero aunque los Giants lograron llenar las bases no pudieron anotar más.


Tanto LaCoss como Dedmon trabajaron 1-2-3 en sextas entradas.


LaCoss consiguió dos fly outs para abrir el séptimo. Debería haber estado fuera de la entrada cuando Griffey conectó rodado a segunda, pero el error de Robby Thompson le permitió a Griffey llegar a salvo. Eso fue seguido por un vuelacercas de Ramírez para dos carreras sucias más de Atlanta. Después de sacar de out a Virgil, LaCoss terminó su tarde con un roletazo de Hubbard. Permitió seis carreras, reduciendo su efectividad a 3.57 y dejándolo al parecer con una inminente derrota. En un momento, el manager de los Giants, Roger Craig, incluso intentó decirle a LaCoss que lanzara la pelota con más fuerza para que los bateadores dejaran de batear hacia donde estaba Brenly.


Los Giants comenzaron su regreso en el séptimo. Dedmon sacó dos outs; luego el tercer bateador, Clark alcanzo la base por un error, esta vez del campocorto Ramírez. Thompson caminó. Gene Garber, el próximo lanzador de los Bravos, no tuvo mejor suerte, permitiendo un doble remolcador a Maldonado y caminando a Chili Davis. Eso trajo a Brenly de regreso al plato, donde su sencillo produjo dos para empatar el juego, 6-6. El bateador emergente Rick Lancellotti se ponchó para finalmente terminar la entrada.


Para alivio de Brenly, su manager lo movió de nuevo a la receptoría para la octava entrada. “Gracias”, recuerda haber pensado. Scott Garrelts relevó a LaCoss, trabajando una entrada 1-2-3 para los Giants.


Paul Assenmacher se hizo cargo de la loma por los Bravos en la parte baja de la octava. Permitió sencillos a Clark y Thompson, pero ponchó a tres para evitar anotaciones. Horner consiguió un boleto con un out en la parte alta de la novena y se movió a la segunda con un sencillo de Griffey, pero Garrelts consiguió un ponche y un elevado para dejar varados a los corredores y mantener el empate.


Assenmacher continuó lanzando en la parte baja de la novena. Maldonado conectó rodado a primera. Davis falló con elevado al jardín central. Brenly trabajó el conteo completo, luego golpeó un slider sobre la cerca del jardín izquierdo para ganar el juego para los Giants, 7-6.


Su redención fue completa: sus cuatro carreras impulsadas igualaron las cuatro que había permitido en la cuarta entrada. "Debería conseguir el premio al Jugador Regreso del Año por solo un juego", dijo Brenly después. "Fui de la letrina al ático en una tarde".


La persona más feliz del parque (aparte de Brenly) era su esposa. “Ella era la que tendría que viajar a casa conmigo. Es un largo viaje de regreso a Foster City si comete cuatro errores".


Exactamente 33 años después de ese juego, Brenly estaba transmitiendo un juego Reds-Diamondbacks. El personal de video sacó el video de esa entrada para que su compañero locutor Steve Berthiaume pudiera burlarse de él. Brenly estaba preparado: había encontrado el guante en su garaje y lo había traído para la transmisión.

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