Si el beisbol es complicado, y los sindicatos también, es una complicación al doble, pero aquí te lo explicamos.
Como bien todos sabemos y si no, bienvenido a la política beisbolera, existe un Sindicato de Jugadores de Grandes Ligas (MLBPA por sus siglas), que como todos los sindicatos se dedica a tratar de conseguir lo mejor para sus agremiados, osea los jugadores.
La cosa acá es que tienen varia semana peleando por el hecho de que existe un Jefe Negociador, encargado de cualquier tema con el que los peloteros no estén de acuerdo, quieran modificar o mejorar. El tema es que últimamente, los peloteros se sienten abandonados a su suerte, sin nade que vea por ellos y que pelee por sus casos.
Así que tal cual como en pandemia lograron jugar, y los jugadores de Ligas Menores consiguieron mejores tratos, ahora están desesperados porque se ven estancados en sus peticiones. ¿Y quién debería de ayudarlos? Su sindicato.
El problema es que dicen que de plano no los escuchan. Si bien el sindicato se debe a ellos, ellos no son quienes para cambiar el mando del mismo, sino el director ejecutivo, Tony Clark.
Clark ha logrado muchos de los beneficios para peloteros a lado de este jefe negociador, Bruce Meyer, pero tal parece que todo por servir se acaba y los dos ya traen una reputación bastante pateada por todo mundo. Es aquí donde entra Harry Mariano, un ex jugador de ligas menores y que tuvo éxito en sus esfuerzos para sindicalizar a peloteros con contratos de ligas menores.
Mariano entonces formó una especie de liga de la justicia de peloteros que apoyan su llegada a la MLBPA y que han estado haciendo ruido, ruido, ruido (lease con tonada de sonidero reguetonero) para tratar de hacerlo llegar al cargo de Meyer. Una cosa sí está en juego; si cae Meyer, probablemente también Clark, que se aferra con uñas y dientes a su puesto, claro que si, con su respectivo grupito de jugadores que lo defienden, mejor conocido como el "subcomité", organismo de jugadores de más alto rango del sindicato que incluye al lanzador de Detroit Jack Flaherty, al lanzador de Boston Lucas Giolito, al jardinero de los Cachorros de Chicago Ian Happ, al infielder de los Mets de Nueva York Francisco Lindor, al lanzador de Houston Lance McCuller Jr., al infielder de Texas Marcus Semien, al jardinero de San Francisco Austin Slater y al pitcher de Cincinnati Brent Suter.
Entonces vamos a que tenemos a dos bandos, con sus respectivos jugadores echándoles porras y al mismo tiempo tierra al contrario, sin embargo como en cualquier organización, la pieza mas alta es la que tiene la última palabra, osea Clark.
Y después de tanto ir y venir y chismes y jalones de pelo y "tú dijiste" y "yo dije" y mucho más básicamente dijo que sus chicharrones son los únicos que truena.
“Aún tenemos asuntos por discutir, pero una cosa está clara entre los integrantes del subcomité ejecutivo de la MLB es que esta ya no es una discusión sobre Harry Mariano, de cualquier forma. Por décadas, la piedra angular de la MLBPA han sido sus comprometidos integrantes, que no se someten a agendas externas. Por lo tanto no es una sorpresa que un esfuerzo encubierto y coordinado para desafiar sus fundamentos han perturbado a los jugadores de todos los niveles del béisbol profesional”.
Osea, en pocas palabras, MLBPA discute y decide, la contratación del director ejecutivo y el personal que reporta al director ejecutivo la deciden ellos mismos, no hay cabida para Mariano y todo lo demás son rumores, son rumores diría el vena'o.
Mariano no se quedó de brazos cruzados y denunció represalias e intimidaciones a integrantes del sindicato que han expresado su deseo de un cambio. Así seguirán hasta que uno de su brazo a torcer o la cabeza de todo caiga. Por lo pronto, no creemos que haya acabado ahí el tema, al menos para la parte rebelde, mientras la MLBPA trata de dar carpetazo al asunto y neeeeeext.
¿Quién vencerá? Descúbralo en su siguiente capítulo de "Beisbolistas, al bordo de un ataque".
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