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La historia de una cerveza en el parque de pelota, o tal vez más de una. / Por Mon Cruz Pinto.

Esa irrefutable necesidad de una cerveza en un domingo a medio día, en los bleachers, entre el calor de la fanaticada, viendo un juego de beisbol; no es una casualidad, no nos hagamos de la boca chiquita.


No es que necesite una cerveza en un parque de pelota, pero también sé, que una cerveza no le hará daño a nadie. Ni en los cálidos asientos del Beto Ávila, ni en las casi congeladas butacas del Wrigley Field. Para mí es casi una tradición, ¿será que para el mexicano beisbolero es una tradición tomar de más en el estadio?


Tal vez si somos esa caricatura gringa, tal vez sin el sombrero, tal vez sin el sarape, pero si escandalosos, gritones, muy tomadores, perdiendo el control, saltando al campo, siendo sacados por un montón de policías que tienden a doblarte los brazos para controlarte. Tal vez estamos más cerca de esa realidad de lo que creíamos.


Es el mexicano un ser incontrolable después de beber de más, lo dicen los que se quedaron hasta tarde alguna vez en el Fray Nano y las historias de Twitter de como finaliza un juego en la LMP y lo corrobaron los múltiples videos de las más de cuatro personas que no supieron su límite y terminaron en manos de la justicia en la inauguración del AHH.


No es que me persigne, no es que me espante, ¿pero en serio era necesario el escenario caótico del sábado, y del domingo en el parque de pelota de la capital?


No son pocas las voces que han cuestionado si debería de haber un límite en la hora de venta de alcohol en las plazas de la LMB y de la LMP, tal y como sucede en la MLB; la séptima y nos vamos.


Y si, entiendo que el beisbol en México no es lo mismo, entiendo que la ganancia está más en la venta que en el boletaje, como si no, con esas entradas paupérrimas de martes; pero, ¿es mejor la venta sin control de barriles y botellas y latas; o es peor poner en riesgo al público, a la afición, al beisbol mismo?.


Fui casi víctima de un borrachazo y no de parte mía sino del aficionado que no se supo controlar, fueron víctimas varias mujeres más de la impertinencia de un fan más de la cerveza que del beisbol después de nueve entradas, fueron víctimas los segundos perdidos en el ritmo de un juego empañado por un espontáneo, o más de uno.


¿Será que no nos sabemos controlar y como niños nos tienen que prohibir las cosas? No se donde queda la vergüenza de verte viral haciendo el ridículo ante miles, siendo abucheado por unos, y más preocupante, vitoreado por otros que al parecer tienen aún menos conciencia.


Creo que es hora; Salinas, Cañizales, directivos, aficionados; de ver que no es posible pasar tres horas sentado, consumiendo alcohol.


Y sí, por supuesto que depende de uno, pero a lo mejor esta caricatura del mexicano borracho necesita un control externo, ya que al parecer, su voluntad está en la lista de lesionados.



Mon Cruz Pinto.

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