Dicen las malas lenguas, que la tela de los nuevos uniformes es más delgada que el papel de china.
No, no va bien el tema de los nuevos uniformes de Grandes Ligas. Después de su presentación, ahora nos centramos en la parte más pudorosa de nuestras estrellas de MLB.
El subdirector ejecutivo de la Asociación de Jugadores de Béisbol de Grandes Ligas, Bruce Meyer, ya metió las manitas y le está pasando la larga lista de quejas a la liga, principalmente porque los pantalones develan los más íntimos secretos de todos.
El inicio de esta hecatombe para Nike y Fanatics comenzó en ESPN, pero ahora ya se volvió un tema de nunca acabar.
“Sé que todo el mundo los odia”, dijo la semana pasada el campocorto de los Phillies, Trea Turner. “A todos nos gustaba lo que teníamos. Entendemos los negocios, pero creo que todos querían mantener los anteriores, en su mayor parte, con algunos ajustes aquí o allá”.
Aun así, MLB sigue presumiendo que los nuevos uniformes mejoran la movilidad al proporcionar un 25% más de elasticidad y que se secan un 28% más rápido. También que las letras, los parches en las mangas y los números son menos voluminosos para que sean más transpirables y cómodos.
¿Esto ha logrado parar el problema? Para nada.
Ya el comisionado Rob Manfred no sabe ni dónde esconderse después de haber salido a defender lo indefendible.
Diosito nos libre de que alguien guste de andar bichi debajo de los pantalones.
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